Efectos de la contaminación acústica en los océanos

Los cetáceos son un orden de mamíferos marinos distribuidos por todo el planeta: delfines, ballenas, marsopas y cachalotes; utilizan la bioacústica principalmente para su comunicación y ecolocalización; actividades humanas como la pesca, la contaminación química, el calentamiento global y la contaminación acústica afectan negativamente a los cetáceos.
Se han reportado numerosos casos de desplazamientos, lesiones del sistema auditivo, varamientos e incluso muerte de cetáceos producto de trafico marino, turismo, sismos y sonares, principalmente los de baja frecuencia. Muchas especies se encuentran catalogadas a nivel mundial como vulnerables, amenazadas y en peligro.
Para minimizar estos efectos se deben crear zonas acuáticas protegidas y normas internacionales que regulen todas estas actividades humanas. Solo el estudio y legislación garantizará la perpetuación de estas especies.



Se multiplica por 16 la contaminación acústica de los océanos

La contaminación y sus efectos, más o menos llamativos, se han extendido hasta los océanos. Y no solo en forma de productos químicos o de infinidad de desechos flotantes. El ruido es un problema más sutil pero también en aumento y sus consecuencias sobre el ecosistema marino aun no se conocen completamente.
Es sabido que ballenas y delfines han tenido problemas con sonares militares que emitían sonidos especialmente intensos. Aunque el tema es polémico, las pruebas parecen apuntar a que las ballenas pueden sufrir hemorragias y otros daños debidos a ellos. En los cetáceos, cualquier alteración de su habilidad para transmitir o reconocer sonidos puede poner en peligro incluso la capacidad de reproducirse y sobrevivir. El exceso de ruido interfiere en la habilidad de los mamíferos marinos de comunicarse entre sí y puede llegar a cambiar su comportamiento habitual. Concretamente, los sonidos pueden llegar a producir sordera en algunos cetáceos, como las ballenas, o lesiones que pueden producirles la muerte. De hecho, la Comisión Ballenera Internacional ha afirmado que hay una “evidencia contundente” de que poblaciones enteras de mamíferos marinos están en peligro debido al sonido que producen los instrumentos que usa el hombre.
En los últimos cuarenta años se ha duplicado la flota mercante mundial y esto tiene su correspondencia en el sonido generado. Intentando acotar el problema se han comparado los niveles de ruido recogidos por la marina norteamericana en los años sesenta con mediciones actuales. Los análisis realizados en el sur de California indican que indican que el nivel sonoro ha aumentado entre 10 y 12 decibelios, lo que implica que se ha multiplicado entre 8 a 16 veces el nivel de ruido de hace 40 años.
Según los investigadores estas conclusiones son extrapolables al resto del Océano Pacifico Tenemos barcos más grandes, rápidos y ruidosos que ocultan y confunden los sonidos generados por ballenas, delfines y otros mamíferos. Aunque aun queda mucho por conocer sobre las posibles consecuencias de esta situación, esperemos que no ocasione daños irreparables.

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